El vídeo corporativo es ese viejo amigo que nunca falla. Lleva décadas con nosotros y ha sabido evolucionar y reinventarse con los años. De hecho, se ha adaptado tan bien que ha conseguido ser uno de los protagonistas de las estrategias de venta de cualquier organización que se precie.
Dentro del vídeo marketing, el vídeo corporativo destaca por ser una herramienta muy eficaz, expresamente diseñada para reflejar a la perfección los valores que el cliente quiere destacar de su empresa, ya sea para destacar sólo algunos temas en concreto o para reflejar el concepto global de la empresa.
Vídeos de narrativa clásica, de entrevistas, en motion graphics, realizados con la técnica de vídeo scribbing… La flexibilidad de formatos y la posibilidad de combinación de los mismos otorgan una gran capacidad para crear una narrativa que marque la diferencia.
El proceso de creación de un vídeo corporativo pasa por diferentes fases que el cliente debe tener siempre claras para optimizar tiempo y recursos:
Plasmar la idea:
Es una de las fases más importantes. Aquí se va a dejar claro qué se va a contar, cómo lo vamos a hacer y qué recursos vamos a utilizar para poder desarrollar con éxito la idea y plasmarla en un guion. En esta fase, la comunicación entre el equipo creativo y el cliente es fundamental.
Utilizando el guion como base, el equipo de producción crea un plan de producción a seguir para optimizar los recursos materiales y personales que son necesarios para llevar a cabo el proyecto.
Producción:
En esta etapa, todo el personal realiza sus labores para que la grabación del vídeo corporativo se realice de manera ordenada y fluida con la meta de llegar al objetivo marcado en el guion. La dirección de contenidos y la dirección de producción se encargarán de ello.
Posproducción:

Revisión y entrega:
En esta etapa se evaluará la primera versión del vídeo por parte del cliente y se realizarán los cambios que sean oportunos. Una vez modificado el vídeo se realiza la entrega al cliente pasa su publicación.
